González Gutiérrez, Ricardo

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Descripción

El doctor en Medicina Ricardo González Gutiérrez, hijo de Corsino y Oliva y hermano de Juan Carlos y José Manuel, nació en La Ceposa (aldea de la parroquia de Turón, perteneciente ésta al concejo o municipio de Mieres) el 7 de septiembre de 1948, pero se crió en el también turonés barrio de Villabazal. Se casó el 29 de mayo de 1976 con Jacinta Ramos Rodríguez, a la que conoció cuando él cursaba 1º de Medicina, y tuvieron dos hijos: Cristina y Ricardo González Ramos.

Aprendió las primeras letras en el Colegio La Salle de Turón. Dos años después ingresó en el Colegio del Seminario de Oviedo (capital del Principado de Asturias). A los 9 años estuvo un curso completo en la Escolanía de Covadonga (Cangas de Onís, Asturias). Seguidamente, el Bachillerato lo hizo en el Seminario de Oviedo.

En 1968 empezó la carrera de Medicina en Valladolid y la concluyó en 1974.

Incorporado a filas en 1975 estuvo como médico militar en el destacamento de artillería de Sardón de Duero, en la provincia de Valladolid, a unos 38 km de la capital vallisoletana. Al mismo tiempo hizo los cursos monográficos del Doctorado.

Finalizado el servicio militar, se puso a trabajar en un pueblo vallisoletano para ganar dinero con el que costearse las especialidades de Medicina Interna y Digestivo en la Facultad de Medicina de Valladolid, las dos bajo la cátedra de D. Ramón Velasco, tan admirado por él. El título de la primera especialidad le fue expedido el 28 de abril de 1979 y el de la segunda el 31 de abril del mismo año.

En este intervalo concurrió a oposiciones estatales de Asistencia Pública Domiciliaria (APD) celebradas entre el 11 y el 16 de diciembre de 1979, logrando plaza tras haber obtenido la calificación de sobresaliente.

Su primer destino fue la villa de Luanco (capital del concejo asturiano de Gozón), donde sólo estuvo nueve meses.

El siguiente y definitivo fue el concejo asturiano de Cudillero, a cuya villa llegó el 4 de diciembre de 1980 –festividad de Santa Bárbara, patrona de los mineros, entre ellos los de su Turón natal, de ahí que él y su familia nunca olvidaran dicha fecha—. Aquí don Ricardo, que también era especialista en Medicina Familiar y Comunitaria (título expedido el 17 de mayo de 1983), diplomado en Sanidad e inspector médico, ejerció en la sanidad pública hasta su fallecimiento el 2 de marzo de 2006, a los 54 años de edad. Además, este amante de la poesía —compuso un entrañable libro de poemas para su mujer— y del canto —contribuyó a la fundación del Coro Mixto de Cudillero—, se involucró activamente en la vida pixueta, en su municipio de adopción.

El Pleno del Ayuntamiento de Cudillero, en sesión celebrada el 8 de abril de 2009, acordó, por unanimidad de todos los miembros de la Corporación municipal, conceder el nombre de «Doctor Ricardo González Gutiérrez» a una calle de La Atalaya, en la capital municipal, en reconocimiento a sus muchos méritos, pues este médico de los de antes, que había rechazado en su momento la oportunidad de trabajar en un hospital, «excedió en muchas ocasiones el ámbito profesional para adentrarse en la faceta humana, en el consejo de amigo, en el apoyo cercano y solidario del pueblo en el que vivió y al que dedicó gran parte de su vida» (Francisco González, alcalde de Cudillero). La colocación de la placa en la calle que lleva su nombre tuvo lugar el 13 de agosto de 2009 en el transcurso de un acto oficial en el que estuvieron presentes, entre otras personas, la familia y ediles pixuetos.

HOMENAJE A PAPÁ, 13 DE AGOSTO DE 2009

Excmo. Alcalde, Autoridades, vecinos de Cudillero, amigos y familia. Estas palabras que pronuncio en nombre de mi madre, mi hermano y toda nuestra familia queremos que sean, ante todo, de agradecimiento a la Corporación Municipal y al pueblo de Cudillero que han querido que esta calle lleve, a partir de hoy, el nombre de Dr. Ricardo González Gutiérrez.

De esta forma, Cudillero perpetuará en su callejero la memoria de quien durante tantos años veló por la salud de sus habitantes con una dedicación y una profesionalidad ejemplares.

Mi padre era una persona que adoraba su trabajo, por el que sentía una profunda vocación. Fue un estudiante brillante y tuvo la posibilidad de ejercer como internista en un hospital, pero ya desde sus primeros años de ejercicio tenía claro que quería ser lo que siempre se ha llamado «médico de cabecera» y ahora se denomina «médico de atención primaria». Él fue un gran defensor de esta figura, le gustaba conocer a sus pacientes y ofrecerles el mejor trato personal y humano.

Aunque tenía sus raíces en la cuenca minera, pues era de Turón, en cuanto llegó a Cudillero supo enseguida que quería establecerse en este concejo, cuya belleza nunca se cansó de ponderar, allá donde estuviera.

Muy pronto se integró en la sociedad pixueta y comenzó a participar activamente en la vida social y cultural del municipio; fue uno de los fundadores del Coro Mixto San Pedro de Cudillero, socio y colaborador del Club Deportivo Cudillero y también socio y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Amigos de Cudillero. En definitiva, era y se sentía un pixueto más.

Si como profesional era intachable, también lo era como padre, esposo y amigo, y fue aquí, en Cudillero, donde conoció a muchos de los que llegaron a ser sus mejores amigos. Aquí quiso construir su casa y lo hizo con mucho esfuerzo e ilusión, convirtiéndola, junto con mi madre, en un lugar de encuentro donde disfrutaba recibiendo a viejas y nuevas amistades, dado su carácter sociable y hospitalario.

Se identificaba con el escritor Jesús López Pacheco cuando decía que «su corazón se llamaba Cudillero». Para él lo más importante era contar con el cariño de la gente de este pueblo, y ese cariño, que sintió muy especialmente durante su convalecencia, le animaba a luchar contra la enfermedad con la ilusión de volver a su trabajo.

Lamentablemente, no fue posible, pero es un motivo de enorme satisfacción comprobar que ese afecto perdura y que Cudillero le sigue recordando con gratitud y respeto.

Por ello, la decisión de poner su nombre a esta calle y el homenaje que hoy se le rinde van más allá del reconocimiento a una trayectoria profesional para constituir la mejor muestra de todos estos sentimientos. Mi padre, esté donde esté, podrá sentirse orgulloso, una vez más, de pertenecer a este pueblo.

Muchas gracias.

CRISTINA GONZÁLEZ RAMOS

Concejo de Mieres

Culturalmente inquieto y socialmente muy activo, cuna de ilustres, punto de encuentro y paso de peregrinos, amante y transmisor de las tradiciones asturianas, e ideal para la práctica del turismo activo y rural. Así es el concejo de Mieres.

Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Mieres son: Aller, Langreo, Laviana, Lena, Morcín, Oviedo, Ribera de Arriba, Riosa y San Martín del Rey Aurelio. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Mieres, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.

Comarca de la Montaña Central

Corazón de la Cordillera Cantábrica con cumbres y puertos que traen a la memoria gestas heroicas; vías romanas y camino de Santiago; escondite idílico de Reliquias; aldeas de ensueño; templos Patrimonio de la Humanidad; estaciones de esquí; minería, patrimonio industrial y un Parque Natural que es Reserva de la Biosfera.

La comarca está conformada por uno o varios concejos (municipios). En este caso: Aller, Lena, Mieres, Morcín, Ribera de Arriba y Riosa. Los concejos representan las divisiones administrativas dentro de la comarca y son responsables de la gestión de los asuntos locales en cada municipio.

Conocer Asturias

«El Centro de Arte Rupestre de Tito Bustillo: Adyacente a las Cuevas de Tito Bustillo, este centro es un espacio museístico moderno que exhibe réplicas y reproducciones de las pinturas rupestres originales. Proporciona una experiencia interactiva y educativa para los visitantes, permitiéndoles comprender y apreciar mejor el arte prehistórico.»